Muy joven Lucía Freitas se traslada a Bilbao decidida a cursar sus estudios de cocina de la mano de los mejores profesionales del País Vasco. Rematado el ciclo, y empeñada en continuar con el aprendizaje, se desplaza a Barcelona, donde de la mano de Jordi Butrón, Ramón Morató y Angelo Corvitto, conoce los secretos de la pastelería, bombonería y heladería en la Escuela de Postres del restaurante Espai Sucre (Barcelona).

Posteriormente trabajó en determinados restaurantes para seguir aprendiendo todo aquello que más le interesaba: en el “ Celler de Can Roca (Xirona), para conocer de primera mano la pastelería de Jordi Roca; en el restaurante o “Bohío” (Illescas) aprendió todo lo referente al mundo de las carnes y de la casquería de la mano de Pepe Rodríguez; pero fue en Mugaritgz (Errenteria- Gipúzcoa), donde descubrió el mundo verde y las huertas y donde se impregnó de la filosofía y de los valores que rodean al producto de proximidad que tanto caracterizan hoy su trabajo.

Con todo, fue su paso por la prestigiosa “Relais & Chateau” como jefa de pastelería de su restaurante “Tápies” (Lérida), lo que le dio la visión más económica y estratégica de la gastronomía como negocio.

Después de una estancia en la cocina del restaurante Bens d`Avall (Mallorca), decide volver a su tierra natal y hacer realidad su sueño: abrir su propio restaurante llamado A Tafona (Santiago de Compostela), que nació como una casa de comidas en la que pretendía abrir a todo el público una cocina más elaborada. A los tres meses de su apertura, gana su primer premio en el concurso de tapas de la ciudad (lo más prestigioso de Galicia y que ganó 5 veces más).

En el año 2016 obtuvo el segundo puesto en el concurso nacional “Cocinero del Año”. En ese año se inicia también el proyecto “Tomiño” en Nueva York, que supuso para ella la internacionalización de su cocina gallega más tradicional, abriendo en 2017 y consiguiendo en 2018 su primer premio, el “ Bib Gourmand” de prestigiosa Guía Michelin.

En 2017 se reforma “A Tafona” cambiando el concepto gastronómico y eliminando el menú del día, quedándose únicamente con 5 mesas y obteniendo, solo un año después, su primera estrella Michelín. Una semana más tarde, abre LUME (Santiago de Compostela), un nuevo concepto de barra gastronómica en la que cocinar sin etiquetas, “ slow food a lume de carozo”, y que posicionó a Lucía como una de las mejores empresarias gastronómicas en España.